Mensaje del secretario de Educación de EE.UU., Miguel Cardona, sobre la iniciativa Elevar las expectativas: Liderar el mundo

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PARA LA DIVULGACIÓN
24 de enero de 2023
 

 

Gracias a todos los aquí presentes y los que nos acompañan en vivo en las redes. Hoy tendremos una conversación importante sobre lo que se necesitará para elevar el nivel de la educación y liderar el mundo (La iniciativa Raise the Bar: Lead the World) en tres áreas principales: luchar por la excelencia académica, mejorar audazmente las condiciones de aprendizaje y preparar los estudiantes para que sean competitivos en la economía global.

Lograr esas prioridades es parte de un "viaje" más amplio que debemos emprender para transformar y mejorar nuestro sistema educativo.

Es un viaje hecho posible gracias al liderazgo del presidente Biden y la vicepresidenta Harris que han dado prioridad a la educación con el Plan de Rescate Estadounidense. Es una inversión histórica de $130 mil millones para apoyar a nuestras escuelas, ayudarlas a reabrir de manera rápida y segura, e invertir en la recuperación académica que necesitaban con urgencia.

Sin ese liderazgo de parte del presidente, hoy estaríamos hablando de una situación muy diferente. Pero no debemos quedarnos quietos.  Debemos hacer más.  Tenemos que elevar las expectativas.

Eso significa poner fin a la era de descuido fiscal en la educación. Todos debemos actuar decididamente y sin titubear para abordar el bajo rendimiento de los estudiantes y las décadas de poca inversión en la educación.

Con frecuencia me preguntan cuál es la parte más difícil de mi trabajo.

La respuesta es simple. La parte más difícil de mi trabajo, al igual que para muchos en el Departamento, es estar lejos de la familia.

Para mí, hasta el día de hoy, el mejor título que me he ganado en mi vida es "papi".

Entonces, para aliviar esa lejanía, hace 2 años comencé una rutina con mi hija de 16 años que llamamos "travesuras de los sábados".

Básicamente, nos levantamos tempranito los sábados, nos subimos al auto y nos vamos, a donde sea.

Después de tomarnos un café nos dirigimos a una playa o un parque para una caminata. A veces nos detenemos en una tienda de mascotas.  Otras veces nuestro paseo se convierte en una lección de manejar para ella.

Después de dos años de estas aventuras sabatinas cuando nos subíamos al carro sin destino específico, pude ver a mi hija crecer ante mis ojos. Fue entonces que me di cuenta como padre que a veces el viaje es el destino.

Esto significa que no es un evento o un lugar específico donde se resuelven las cosas. El viaje es un proceso de mejorar con el tiempo, de resolver los problemas, de garantizar un crecimiento continuo y promover los vínculos fuertes. Sí, el viaje es el destino.

Hoy les digo que en la educación como en la vida el viaje es el destino.

No escucharán sobre alguna nueva y grandiosa iniciativa hoy. Pero sí me escucharán invitarlos a  un viaje de transformar la educación, un viaje para elevar juntos el nivel de la educación.

Sé que la enseñanza abre puertas porque mi esposa Marissa y yo somos prueba de ello. Porque he visto de primera mano que transforma vidas, como estudiante, maestro, director de escuela y como padre.

Así que cuando hablamos sobre el futuro de la educación, creo firmemente que debemos hacerlo centrando nuestro esfuerzo en lo que realmente importa, que es ofrecerles a los estudiantes buen contenido y buenos maestros, o lo que Elmore, Cohen y Ball llaman las bases de la enseñanza.

He visto a lo largo de mi carrera, y estoy seguro que muchos de ustedes también, que la política educativa se ha alejado de esas prioridades.

Hemos visto muchas pociones milagrosas que prometen "arreglar" la educación. Hemos visto iniciativas con grandiosos nombres que prometen mucho pero que quedan en el olvido una vez que pasa la crisis del momento.

Eso no lo hará esta Administración.

Esta Administración se rige por los hechos, no por el sensacionalismo. Buscamos soluciones a problemas reales que se basen en lo que es el núcleo de instrucción.

Por mi experiencia y lo que me han dicho los maestros, funcionarios locales de educación, y padres y estudiantes, pienso que no podemos permitir más políticas que no se basen en lo que es mejor para los niños. Ellos no quieren más política partidista o guerras ideológicas en la educación.

Lo que sí necesitamos es que todos luchemos contra la complacencia y el status quo en la educación con la misma intensidad que combatimos al COVID.  Necesitamos el mismo espíritu de unidad y bipartidismo que tuvimos en los primeros dos meses de la pandemia, cuando miramos más allá de las trincheras partidistas de rojo y azul y aprovechamos nuestra humanidad, valentía y espíritu ciudadano.

Hago un llamado a mis colegas en ambos lados del Congreso y a los dirigentes locales para que colaboren con nosotros en el objetivo compartido de dar prioridad a la educación.

Desde hoy elevamos las expectativas en la educación. No podemos permitir más de lo mismo. Si seguimos con las prácticas fallidas del pasado obtendremos los resultados fallidos del pasado. Hay que hacer las cosas mejor porque nuestros hijos se merecen lo mejor.

Nuestra primera meta debe ser elevar las expectativas para la excelencia académica.

Aunque la recuperación es importante, también lo es elevar el nivel académico en lectura y matemáticas. Es inaceptable que en la última evaluación PISA, que se hace a nivel internacional, nuestros estudiantes obtuvieron el puesto 36 de 79 países en matemáticas.

No podemos tolerar esa situación. Debemos obtener mejores resultados. Debemos actuar como si nuestra seguridad nacional dependiera de ello.

¿Qué significa elevar el nivel de rendimiento académico?  ¿Cómo está esto relacionado con las escuelas?

Debemos guiarnos por los estudios científicos sobre la alfabetización y asegurarnos de que los estudiantes tengan destrezas fuertes de decodificación y desarrollen una pasión de toda la vida para la lectura.

Debemos educar a los estudiantes en los conocimientos básicos de finanzas y darles cursos avanzados de matemáticas para que queden preparados para la universidad y las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática).

Los distritos escolares deben evaluar cuidadosamente los materiales de instrucción para garantizar altos estándares y que una nota de "A" en la escuela verdaderamente signifique que el estudiante ha alcanzado el máximo dominio de la materia estudiada.

Debemos aplicar una buena pedagogía con una educación integral que incluye y apoya las Artes, y rechaza prácticas escolares que se reducen solo a lo que se puede examinar.

Necesitamos reconocer de una vez por todas que las pruebas estandarizadas funcionan mejor cuando sirven como una guía sobre qué funciona y qué necesita nuestra atención – no como un martillo para impulsar los resultados que los jefes quieren ni como una manera para culpar a los estudiantes con mayores necesidades y menos recursos.

Y también significa reconocer que un buen comienzo en la educación hace una gran diferencia más adelante. Debemos apoyar la iniciativa del presidente Biden que promete establecer una educación temprana universal y gratuita, expandir el preescolar en las escuelas de Título I y mejorar el jardín de infancia como punto de lanzamiento a la educación primaria.

Elevar las expectativas también significa mejorar las condiciones de aprendizaje y hacer cambios transformadores en la forma en que invertimos y brindamos apoyo de salud mental para pasar de un modelo escolar reactivo a un modelo proactivo centrado en el bienestar general del estudiante.

Con el Plan de Rescate Estadounidense y la Ley Bipartidista de Comunidades Más Seguras, se proporcionaron miles de millones de dólares para mejorar el acceso a la salud mental y proporcionar entornos educativos seguros y de apoyo a los estudiantes. También hemos aumentado de $30 millones a $150 millones la financiación de las escuelas de servicio completo que proporcionan varios servicios críticos para los estudiantes en la comunidad.

Sin estos tipos de servicios de apoyo no podemos ser sorprendidos cuando el sistema educativo actual resulta en prácticas disciplinarias exclusivistas en las escuelas para estudiantes de color por razones de conducta, o cuando ocurre una crisis de salud mental entre los jóvenes.

Si creemos que la salud mental de un estudiante afecta el aprendizaje, entonces, aseguremos de que reciban el apoyo que necesitan para prosperar en la escuela.

¿Qué forma toma esto? Bueno, he visitado casi 40 estados y he visto que:

La proporción de consejeros a estudiantes ha mejorado en algunas escuelas, de 500 estudiantes por consejero, a menos de 250 estudiantes por consejero.

Necesitamos capacitar con un desarrollo profesional mejorado para todos los educadores sobre cómo tratar los traumas.

Ya que sabemos que los distritos escolares no pueden hacerlo solos, han usado los fondos de ARP para entrar en  contratos con hospitales y otras organizaciones comunitarias de atención médica para dar a los estudiantes y a las familias lo que necesitan para tener éxito, como lo vi en Hazard, Kentucky, la semana pasada.

Y, sí, sé que los fondos de ARP no son permanentes y que deberán agotarse para fines del próximo año.  Su objetivo era acelerar la reapertura y la recuperación, no corregir décadas de inversión insuficiente en la enseñanza y el apoyo a los estudiantes.

Ahora, como dirigentes, es hora de que defendamos a los estudiantes y esperar más de la educación.

No podemos perder la memoria después de la pandemia y olvidemos cómo cerraron las escuelas por falta de maestros.  Aprendamos de esa experiencia y demandemos una mejor financiación.

Invertir en la educación de nuestros hijos es tan importante que invertir en las fuerzas armadas.  Ambas protegen nuestro futuro.

Cuando digo que debemos elevar las expectativas, debemos hacerlo respetando la profesión docente.

¿Sabían que en los últimos 25 años, los salarios de los graduados universitarios han aumentado en un 28%, mientras que los salarios semanales de los maestros han aumentado en un mísero 2%?

O sea, eso es un aumento de $29 por semana para los maestros, y un aumento de $445 por semana para otros profesionales con título universitario. A veces parece como un impuesto a los maestros.

Además, nos hemos quedado con los brazos cruzados mientras se acepta que en muchos estados los maestros en plena carrera tienen sueldos tan bajos que pueden solicitar asistencia pública.

¿Ha nuestro país minimizado tanto la profesión docente que no nos importa cuando los maestros tienen que manejar un Uber o buscar un segundo o tercer trabajo el fin de semana para pagar las cuentas?  No estoy de acuerdo con esa situación.

Debido a mi experiencia como maestro y padre, sé que la profesión docente cambia vidas.  Es una profesión que hace posibles todas las demás profesiones.  Los maestros ayudan a los niños a descubrir sus propios dones, incluso cuando carecen de confianza o tienen dificultades para aprender.  Es la mejor profesión, y nosotros en el Departamento de Educación haremos todo lo posible para garantizar que sea valorada, y esto incluye salarios competitivos.

Hace poco tuve una reunión con el Ministro de Educación de Finlandia. Hablamos de nuestros sistemas y fue evidente lo mucho que estuvimos de acuerdo en que respetar a los maestros es un requisito del éxito escolar.

Aquí en el Departamento de Educación, estamos proporcionando más de $2.6 mil millones para preparar, apoyar y retener educadores de alta calidad.  Esta Administración también ha promulgado los mayores aumentos en la historia del Título I.  Ahora, estamos presionando para ir aún más lejos, luchando para duplicar el Título I y aumentar los fondos de IDEA, lo que resultará en más maestros por estudiante.  Y por primera vez, estamos invirtiendo millones de dólares en colaboraciones de preparación de maestros para atraer más talento a la profesión a través del programa Augustus Hawkins Grant.

Sí, quiero que nuestros estudiantes tengan más éxito que los de cualquier otro país, pero eso comienza con el respeto a la profesión docente.

Esto comienza con la reducción de la escasez de maestros al:

Proporcionar un salario competitivo. Como mínimo, ningún maestro debe ganar menos que el salario promedio de las personas con títulos similares en su estado. También significa saldar deudas para los educadores que son servidores públicos. Hasta la fecha, bajo esta administración, más de $24 mil millones en préstamos han sido perdonados para más de 2 millones de servidores públicos.

Estamos trabajando en el Departamento de Educación para aumentar la transparencia sobre el tema del sueldo de los maestros en todo el país y hemos pedido a los estados y distritos que aumenten los salarios a un nivel competitivo.

Elevar las expectativas para la profesión significa mejor formación profesional y oportunidades de crecimiento profesional tal como maestrías, experiencias de liderazgo docente, estudios de avance gratis para aquellos que cumplen los requisitos y se lo merecen.

Elevar la profesión también significa escuchar la opinión de los maestros cuando se formulan las políticas, en vez de pedirles que den su beneplácito a los planes que otros han decidido. El compromiso verdadero y auténtico requiere responsabilidad compartida y múltiples perspectivas, porque después de los padres, ¿quién conoce mejor a los estudiantes? Sí, los maestros.

Elevar las expectativas también significa reinventar las trayectorias universitarias y laborales.

Actualmente, nuestros sistemas de educación preescolar al 12º grado y la educación superior están desconectados.

Para demasiados estudiantes, la brecha entre los dos sistemas es demasiado profunda para atravesar.

Por ejemplo, el sistema K-12 debe integrar mejor las habilidades para los trabajos bien remunerados que estarán disponibles a través de la Ley CHIPS y Ciencias que fomenta la fabricación de semiconductores, la Ley de Infraestructura Bipartidista, y las disposiciones climáticas de la Ley de Reducción de la Inflación, a través de cursos STEM y de Educación Técnica Profesional para que los estudiantes se gradúen con los conocimientos que demanda el mundo laboral.

Esto significa que los cursos de doble inscripción para las universidades locales deben comenzar en el grado 11 y que los estudiantes de secundaria con ambición puedan graduarse con un título de asociado o credencial sin pagar un centavo.

Ya hemos asegurado más de mil millones de dólares en fondos para educación profesional y técnica a través del programa Perkins Grant y $25 millones para escuelas secundarias de oficios.  Ahora es el momento de construir sobre esa base.

Para lograrlo, en noviembre lanzamos una nueva iniciativa llamada Raise the Bar: Unlocking Career Success (Elevar las expectativas: Fórmula del éxito Laboral), junto con la primera dama y los secretarios de Trabajo y Comercio.  A medida que implementemos esta iniciativa, incluiremos planes muy específicos sobre cómo deberán evolucionar nuestras escuelas secundarias para cumplir con las trayectorias profesionales y universitarias de hoy y el futuro. Conozcan nuestro plan y póngalo en práctica.

También significa que Career Pathways o Senderos Laborales en las escuelas secundarias pueden conducir a micro credenciales para los trabajos de hoy y en el futuro. Tenemos los estudiantes para las carreras que el país necesita para crecer y fortalecerse. Solo tenemos que alinear mejor nuestros sistemas y despejar el camino para nuestros estudiantes.

Debemos combatir las percepciones cortas de vista que las escuelas de oficio y los títulos de formación técnica limitan a los estudiantes o que la única opción para estudiantes es asistir a una universidad de cuatro años o no ir a ninguna.

Promover las diferentes trayectorias profesionales en las escuelas secundarias amplia las opciones laborales para los estudiantes, no reducirlas. Lo que sí ocurre es que los estudiantes quedan mejor preparados para las opciones laborales de hoy, y en algunos casos, el empleador pagará por la capacitación futura del empleado.

Si hacemos esto bien, nuestros graduados podrán competir a nivel global.

Es mi intención elevar las expectativas para que podamos ser los primeros del mundo en educación profesional y técnica avanzada.

Y hablando de competitividad global, si vamos a preparar a nuestros estudiantes para el mercado global, debemos elevar las expectativas para dar más oportunidades a los estudiantes en los Estados Unidos para ser multilingües.

Recientemente, en una reunión ministerial en Francia con otros 38 países, me sorprendió que fuéramos uno de los pocos países principalmente monolingüe.

El conocimiento de más de un idioma debe requerirse de nuestros estudiantes para que tengan mayores probabilidades de éxito en la economía global. No esperemos más, ya es hora de aprender otro idioma.

¿Cómo podemos aumentar el multilingüismo?

En primer lugar, debemos mejorar nuestros programas bilingües y estar al día sobre cómo enseñar un segundo idioma.

Proporcionaremos apoyo y asistencia a los 50 estados que quieran mejorar sus programas de aprendizaje de inglés y programas multilingües. No lo olviden que cada año hay $760 millones en fondos del Título III del Departamento de Educación para apoyar a los estudiantes aprendices del inglés.

Los estudiantes en programas bilingües quedarán dotados de una habilidad que deseamos en nuestros estudiantes.  ¡Ser bilingüe y bicultural es un superpoder! ¡Es de gran importancia!

Pongamos gran valor en el multilingüismo. Esa habilidad se debe reconocer con un distintivo de alfabetización bilingüe, como ya lo hacen varios estados. También se deben destacar como un honor en la graduación.  No lo duden, ser bilingüe ofrece mayores opciones en la vida.

Mejoremos la educación multilingüe para dar a nuestros estudiantes la oportunidad de sobresalir en los mercados globales donde el multilingüismo y el multiculturalismo se aceptan y se valoran.

En el Departamento de Educación, priorizaremos estas áreas de enfoque y ampliaremos las oportunidades de asistencia técnica y el uso de fondos federales.

En los próximos meses, tendremos más detalles sobre cada una de estas categorías. Nuestras acciones en el Departamento deben reflejar nuestros criterios, y así lo haremos.

Pero los estados y distritos también tendrán que contribuir y proceder con la misma urgencia que el presidente y el Congreso demostraron con el Plan de Rescate Estadounidense. Continuaremos este compromiso mediante propuestas presupuestarias anuales.

Ahora, la pregunta es: ¿daremos un paso adelante y aprovecharemos esta oportunidad de elevar el nivel de la educación en los próximos años?

La forma en que respondamos a esa pregunta determinará si podemos maximizar el potencial de nuestros estudiantes, nuestras escuelas y nuestro país.

Así que hoy les pido a los gobernadores, legisladores estatales, alcaldes, y directores escolares y superintendentes que hagan todo lo posible para lograrlo.

Luchemos por fondos estatales y locales sostenibles a largo plazo que cumplan la promesa del Plan de Rescate Estadounidense como un pago inicial para un cambio transformador.  Elevemos las expectativas.

Hace casi veinticinco años entré en el aula 106 de la Escuela Primaria Israel Putnam en Meriden, Connecticut. Fue mi primera clase.

Todavía recuerdo con emoción esa clase de cuarto grado y el esfuerzo que puse en el mensaje que colgué en la cartelera para darles la bienvenida a mis alumnos. Allí puse una foto de un cohete despegando, con la frase "Comencemos el viaje".

Mi trayectoria como educador comenzó ese día. Ha sido una alegría seguir ese viaje desde entonces cuando aprendí de los excelentes educadores que conocí en el camino, y pude ayudar a cada niño y joven a descubrir el potencial de la educación para abrir puertas que ni siquiera sabían que existían.

Ese viaje se convirtió en el propósito de mi vida.  Ese viaje se hizo mi destino.

Hoy les pido que me acompañen en este viaje.

Si piensan que cada niño de este país se merece una oportunidad al éxito, acompáñenme en este viaje.

Si piensan que vale la pena tropezar algunas veces cuando desafiamos a los protectores del status quo en la educación, acompáñenme en este viaje.

Si piensan que nosotros, como nación, tenemos la voluntad y la capacidad para salir adelante y liderar el mundo, acompáñenme en este viaje.

Si acogemos ese viaje juntos, sé que nuestros estudiantes y familias estarán preparados para las carreras del futuro y que podrán participar y prosperar en la economía mundial.

Así que si piensan que todo eso es posible y que ha llegado el momento de elevar las expectativas en la educación, les digo, "Comencemos el viaje". Gracias.



   
Last Modified: 02/21/2023